El Shibari es una práctica que puede ser muy enriquecedora y gratificante tanto para el que ata como para el que es atado, siempre y cuando ambos participantes estén dispuestos y hayan consentido previamente. Puede ser una forma de conectarse de una manera más profunda y auténtica con la pareja, y de explorar nuevas formas de placer y de expresión sexual.
Es importante destacar que el Shibari no es solo una actividad física, sino que también implica una gran carga emocional y psicológica. Por lo tanto, es fundamental que ambos miembros de la pareja se sientan cómodos y seguros, y que estén dispuestos a comunicarse abierta y honestamente sobre sus límites, gustos y necesidades.
Además, es importante que ambos miembros de la pareja se comprometan a respetar y proteger la seguridad física y emocional del otro. Esto incluye tener una palabra de seguridad establecida y prestar atención constante a los signos físicos y verbales del otro para asegurarse de que todo siempre se realice de manera segura y consensuada.
En resumen, la práctica del Shibari con la pareja amorosa puede ser muy gratificante y enriquecedora, siempre y cuando ambos miembros de la pareja estén dispuestos y hayan consentido previamente, y se comprometan a respetar y proteger la seguridad y el bienestar del otro.